Agua de zanja, piel de vereda
llevame con vos..
Al suburbio mundano que no tiene calefón
donde pintn buenos, malos que se yo..
La tristeza en un vaso que también se defondó
ese día que al tun tun la gambeteó.
Murga murguera, agua de zanja, piel de vereda
llevame con vos.
Murga murguera
bajo tu cielo estrellado se agitan las melenas
llevame con vos...
Asi tarareaba la canción de Bersuit, cuando volvía de ver al colorido y alegre el 8º Encuentro Regional de Murgas. Chicos de diferentes puntos cardinales se hicieron presentes sábado y domingo en las calles, en los anfiteatros, en las plazas para mostrarle al mundo que la murga se escucha, se siente, se palpita y se patea en el aire.
A partir del sábado a la mañana, el Teatro de la Estación se llenó de sonidos de redoblantes, bombos y pitos. Banderas y palmas bancaban detrás.
Durante la tarde se brindaron talleres gratuitos de percusión y baile a todo aquél que quisiera coparse. Cuando cayó el sol, se asomaron las primeras caras pintadas y las sonrisas, el baile arrancó y los malabares con fuego y demás destrezas, se hicieron notar. Después de la medianoche, se juntaron en el Instituto de Formación Docente pa degustar un guiso y bailar y tocar "hasta que sangren las manos".
Ya el domingo tempranito, la muchachada se congregó en el Anfiteatro de San Juan y canal grande, para terminar con lo empezado: talleres de percusión que hacían vibrar el piso.
Por la tarde, el desfile que derramaba alegría le puso onda a la tarde roquense para terminar de nochecita entre las plazas y sólo bajo las luz de las antorchas encendidas.